8 de marzo de 2012

Pagar con penas no me pesa

Un buen día decidí vivir a toda costa aunque, para ello, tuviese que morir en el intento. Y es que hay veces en las que prefieres estar muerto que indiferente. Por esto, decidí empezar a vivir cada anochecer como si fuese el último.
Renací de mis cenizas y empezaron los mejores últimos días de mi existencia. Ahora me gusta bailar a solas por mi casa cuando no hay gente y besar bajo la lluvia, decir "te quiero" en el momento en que lo siento, y no me arrepiento de nada, quiero con toda la intensidad y no sé odiar, me tropiezo y me levanto...Puede decirse que para bien o para mal me hice a mi misma... Y aprendí que en soñar puedo sacar matrícula de honor... Por eso me encantan las películas románticas, salir con mis amigas, las piruletas de fresa, los chicles de menta y los perros; por eso, dejo en el alfeizar de mi ventana ilusiones para quien pueda guardarlas en los bolsillos y suelo cerrar los ojos para sentir el aire, para que el silencio me acaricie y me sacuda el viento. Por eso, me estremezco por un solo instante de delirio, por saber que alcanzo mis versos y escupo mis miedos. Pagar con penas no me pesa...


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